Rosa del Carmen Verduzco, conocida como Mamá Rosa, fue fundadora y directora del albergue La Gran Familia, en Zamora, mismo que causó polémica el 15 de julio de 2014 cuando enfrentó a una serie de acusaciones sobre abuso e insalubridad en que vivían los niños
Fue clausurado por autoridades federales, quienes rescataron de su interior a 600 menores, los cuales presuntamente sufrían maltratos y vejaciones.
La PGR ordenó la detención de Mamá Rosa y el cateo del lugar después de integrar una averiguación previa a partir de cinco denuncias de padres que querían recuperar a sus hijos, ahí alojados, sin poder conseguirlo.
Para algunos Mamá Rosa es un ejemplo de altruismo, pero para otros fue una persona que se aprovechó de sus recursos y violentó de distintas maneras a varias generaciones de niños y niñas de la región.
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Mamá Rosita, como otros la llamaban, creó el albergue infantil más grande de la región y se dedicó al “cuidado” de cientos de niños huérfanos del valle de Zamora.
Los testimonios cuentan que incluso la propia ex reina Isabel de Reino Unido visitó el orfanato y donó gran cantidad de dinero para las necesidades del mismo.
Pero, ¿cómo era un Día de las Madres en el albergue de esta mujer tan conocida en Zamora?
Jesús Álvarez del Toro, cronista de la ciudad de Zamora, cuenta que en una ocasión tuvo la oportunidad de estar presente en uno de los festejos.
“La verdad es que para ella era un día normal, sin nada extraordinario, aunque sí recibía muchas visitas, regalos y llamadas”.
Comenta que mamá Rosa era una mujer de carácter fuerte a quien todo mundo conocía, por lo que ese día fue testigo de la gran cantidad de personas que querían hablar con ella.
Relata como algo especial la llamada telefónica que le hizo el historiador Enrique Krauze, uno de sus amigos.
“En aquel entonces no había teléfono celular, así que había que coger un gran aparato, pero se pudo escuchar bien clarito la llamada”.
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El cronista señala que si bien para mamá Rosa el 10 de Mayo tenía que ser como todos los días, la llegada de regalos y visitas sí alteraba la normalidad de la casa hogar.
Comenta que varios integrantes de la sociedad zamorana le enviaban carnitas, cortes de carne y pastas especiales, todo en gran cantidad para que comieran todos los integrantes de la Gran Familia.
“Era entonces cuando se rompía la tradicional y rígida dieta y todos podían degustar diferentes platillos”.
El cronista cuenta que el día que le tocó acudir al festejo los integrantes de la Escuela de Música de la casa hogar le cantaron las mañanitas y varias melodías de su agrado.
Después, llegó una banda y un mariachi que según se dijo fue pagado por el presidente municipal de esa época.
“Ese día fue un festejo muy grande porque ella era una persona muy especial y apreciada por buena parte de la gente”.
Ya en la tarde, cuando la celebración había pasado, todos se retiraron y entonces sí fue un día normal en la casa hogar.
El cronista remata con una frase contundente: La verdad es que mamá Rosa era una mujer muy especial.