Morelia, Michoacán (OEM-Infomex).- En el discurso político, suele referirse que el voto nulo es un indicador del malestar social ante las instituciones partidistas, sin embargo, éste no tiene un peso que impacte de forma alguna en el resultado de un proceso electoral, según revelan los resultados se las últimas elecciones.
En Michoacán, dentro de los resultados de las elecciones locales de 2018, los votos nulos representaron un porcentaje similar o mayor al que obtuvieron algunos partidos políticos ese año.
En esa ocasión, para la renovación del Congreso local y Ayuntamientos, se registraron 105 mil 251 votos nulos, los cuales representaron el 5.39 por ciento de la votación total, es decir un punto porcentual mayor al de los comicios de 2015, así como cantidad superior a los votos que obtuvo el Partido Encuentro Social (PES) del 3.2 por ciento, el del extinto Nueva Alianza (Panal) con 2.82 por ciento, y Movimiento Ciudadano (MC) con el 3.16 por ciento.
En el sistema electoral mexicano los votos nulos no cuentan, más bien se restan del total de los sufragios para calcular la votación válida, y con base en ésta se califica la elección, ya los votos por partido sólo tienen significación en función de la votación válida, no de la votación total.
Lo anterior significa que si un alto porcentaje de la ciudadanía empadronada en la lista nominal anula su voto, habrá una baja participación, pero esto no descalifica una elección, ni altera la votación válida.
A nivel federal, el Senado de la República ha recibido varias iniciativas para darle peso al voto nulo y que éste tenga un impacto real en el proceso electoral.
Por ejemplo, en 2018, el PRD en la Cámara Alta presentó una iniciativa para que los votos nulos sirvieran para reducir el financiamiento a los partidos políticos, al considerar solo los votos válidos en las elecciones para asignar el presupuesto, y no tomando en cuenta todo el padrón electoral como se hace actualmente.
Además, planteaba la anulación de la elección cuando los votos nulos fueran mayores a los resultados electorales; mientras que otra iniciativa presentada en 2017, proponía que los partidos políticos que no obtuvieran un porcentaje mayor al de los votos nulos, perderían la mitad del financiamiento público.
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Al respecto, el ex consejero del Instituto Electoral de Michoacán (IEM), Humberto Urquiza Martínez, destaca que presumiblemente con muchos votos nulos se envía un mensaje: desacuerdo con los procesos electorales, con los partidos y candidatos, por lo que es necesario empezar a tomarlo más en cuenta.
En ese sentido explica que la razón que las personas anulen su voto son muchas, pero entre ellas destaca que “tiene que ver con la transición a cómo concibe el ciudadano el proceso electoral, si le preguntas a una persona ya hay ciertos prejuicios: ya está amarrado, ya se sabe quién va a ganar, me van a comprar el voto. Hay un prejuicio en el sentido del voto que impera en la opinión pública y eso hace que en algunos sectores se vuelvan apáticos. Tiene que ver con la falta de credibilidad en el sistema de partidos”.
Ante este descontento de la sociedad, señala que es necesario que la anulación del sufragio se refleje en el resultado de una elección.
“Tiene que empezar a darle validez a los votos nulos para que esto genere una incidencia en el deseo de participar. Si estoy en contra de los partidos voy, voto, lo anulo y que si en alguna elección hay más votos nulos que del candidato que ganó, pues que se anule esa elección.”
Explicó que darle poder al voto nulo serviría para incentivar la participación ciudadana, y que más personas salieran a ejercer su derecho al voto.
“Creo que esos efectos de validación del voto nulo serían también un mecanismo para incrementar la participación política. Sería deseable que en una elección contara con el 70 por ciento de participación para que la función del poder sea más eficaz, si anulan el voto está bien, pero el tema es que salgan a votar para que los niveles de legitimidad sean más altos y comprometan a la autoridad”