Tarímbaro, Michoacán (OEM-Infomex).- El color amarillo ya tiñe gran parte de las parcelas de El Colegio, comunidad del municipio de Tarímbaro en Michoacán, lugar donde a decir del campesino Juan Alvarado existen alrededor de 150 productores que siembran en pequeña y gran escala la flor de cempasúchil, nube y pata de león.
Juan y su padre Aurelio Alvarado, un hombre de edad adulta y cuyo rostro está marcado por el sol y la experiencia de más de 50 años en el campo, desquelitan o, dicho de otro modo, arrancan hierbas silvestres de los surcos al medio para tener listas sus flores el 1 de noviembre para el Día de Muertos, una de las celebraciones más emblemáticas del estado y de México.
En Michoacán, los municipios con la mayor producción del cempasúchil son Tarímbaro, con el 52 por ciento, seguido de Copándaro con el 42 por ciento y Cuitzeo con el 6 por ciento.
La Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader) prevé una cosecha de más de 700 toneladas para este año, la cual comenzará a partir del 27 de octubre.
El campesino que lleva una franela al cuello y una segadera anclada al pantalón detalla que en 22 días la flor estará lista y desde el 29 de este mes y hasta el 1 de noviembre podrán venderla, aunque hasta el momento desconocen el precio, sin embargo, asegura que podría estar arriba de los 70 pesos por manojo.
Aclara que el monto depende de la demanda y los contratiempos climáticos como las lluvias, heladas o el granizo. El año pasado, pese a la pandemia de Covid-19 tuvieron buenas ventas por lo que el racimo alcanzó los 50, 80 y 100 pesos en diferentes días.
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▪ Tarímbaro
▪ Copándaro
▪ Cuitzeo
Municipios con mayor producción de cempasúchil
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En los últimos años, los pobladores o turistas suelen llegar a los campos para comprar ahí directamente sus flores.
Juan afirma que es mejor, ya que se maltratan menos, pero en otras ocasiones trasladan la flora hasta los mercados y luego la distribuyen hacia Lázaro Cárdenas, Apatzingán, Nueva Italia o Guanajuato.
Como dato curioso, Alvarado comenta que esta tradición tiene más de 45 años en la demarcación, además de que antes de que los campesinos contaran con sus parcelas los trabajadores sembraban las flores en el cerro y eran máximo cuatro surcos de cempasúchil y cuatro más de pata de león, pero ahora por la falta de lluvia lo hacen en otro tipo de terreno.
Su padre, que a la orilla del campo desquelita con lentitud pero también con fuerza, relata que lleva más de 50 años dedicándose a la siembra de la flor, luego arranca la hierba con recelo cuando es cuestionado sobre si su trabajo es bien valorado: “Hay veces que sí y veces que no”, pero afirma que Tarímbaro es el número uno en cuanto a la siembra de verduras y de flores.
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“El gobierno no hace nada, en la comunidad no entra ningún apoyo de gobierno, nos rascamos como podemos, compramos un puñito de abono, ya no el bulto entero”
Heladio Vázquez Torres, productor
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Un proceso arduo y precios elevados
Lo anterior es respaldado por Heladio Vázquez Torres, otro de los productores que cuenta junto con sus hermanos con un mayor número de parcelas. El campesino dice que la siembra es una tradición familiar, pero el proceso es arduo.
Primero, en junio siembran la semilla de pata de león, también conocida como morada y mota y luego en julio la plantan en el surco, posteriormente en agosto trabajan la flor de cempasúchil y finalmente la nube, aunque durante todo este tiempo cuidan del abono, su crecimiento, las plagas y la maleza para que se logren.
El productor refiere que este año los precios pueden aumentar debido al costo del abono pues hace tres años el bulto estaba en 600 pesos, el año pasado en mil 400 y este año en 900.
“El gobierno no hace nada, en la comunidad no entra ningún apoyo de gobierno, nos rascamos como podemos, compramos un puñito de abono, ya no el bulto entero”.
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ENTÉRATE
▶ Este año se prevé una cosecha de más de 700 toneladas
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Pese al alto costo de las materias primas, el productor, que también se dedica a hacer coronas de flores, asegura en medio de su parcela que va a continuar con la siembra de la flor, pues considera que el Día de Muertos es una tradición importante para nuestros seres queridos que ya se fallecieron, pero también otra fuente de ingresos.
“Es una tradición de muchos años y para dejarla no se puede, es un paso para la fiesta de nuestros difuntos, una fiesta en el cielo. El color amarillo es la luz que les da para entrar a la fiesta de ellos”.
Recorridos turísticos
Por su parte, el regidor de Turismo de Tarímbaro, Cayetano Valencia Contreras, afirma que el municipio no solo es maíz, hortalizas y toritos de petate, sino un importante productor de flor para el Día de Muertos.
Sin embargo, reconoce que a esta actividad le hace falta más promoción, por lo que adelantó que el próximo año fomentarán un proyecto de semillas de flor que tengan subsidio para ofrecerlas a los productores con el objetivo de que haya más siembra.
Además prevén realizar un festival de la flor de cempasúchil y que la sede sea El Colegio, ya que la gente que se dedica a cultivar son personas grandes y pretenden que las nuevas generaciones se involucren y no pierdan la tradición.
Este año se hará la ruta de las flores, en la que participarán cuatro de los siete más grandes ejidatarios.
El coordinador de rutas del área de turismo, Luis Enrique Bravo, comenta que ya dialogaron con los productores para que presten sus campos y los turistas puedan conocer más sobre esta actividad.
