El sexenio del presidente Peña Nieto debió afrontar la caída del precio del crudo en los mercados internacionales, lo que le obligó a adoptar una política de austeridad desde 2016.
Del 2012 al 2018 el número de plazas de la Administración Pública Federal prácticamente se mantuvo sin movimientos, en tanto que el gasto en nómina se redujo en 16%. Sin embargo, hubo dependencias donde no sólo no se redujo el gasto, sino que creció considerablemente.