México, Estados Unidos y Canadá comparten el mismo interés de hacer de América del Norte la región más competitiva a nivel mundial, pero no tienen la misma visión para lograrlo, lo que hace más difícil profundizar la agenda entre las tres naciones, consideró Martha Bárcena, exembajadora de nuestro país en la Unión Americana.
En entrevista con El Sol de México, la embajadora eminente analiza lo que será la décima Cumbre de Líderes de América del Norte, que los presidentes de México, Andrés Manuel López Obrador, Estados Unidos, Joe Biden, y el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, celebrarán este martes en Palacio Nacional.
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¿Qué puede esperarse de la Cumbre?
Yo no elevaría demasiado las expectativas de la Cumbre en el sentido de esperar grandes anuncios que vayan a cambiar la relación entre México, Estados Unidos y Canadá. Creo que lo importante del encuentro en sí es que se celebre, porque durante el gobierno de Donald Trump y un poco antes no hubo este encuentro. Recuperar la cumbre de líderes en 2021 y ahora darle continuidad es de por sí importante.
Por lo que he sabido de mis colegas, los tres países están trabajando en enfatizar los entregables, es decir, en qué se ha avanzado del comunicado del 2021 a la fecha. Por ejemplo, en el cambio climático que presentó EU en la COP 27, mayores ambiciones y también lo que México presentó. Yo creo que eso es lo que van a enfatizar, es decir, van a enfatizar los progresos y no las diferencias.
¿Cómo llega el proceso de integración entre México, Estados Unidos y Canadá a este encuentro?
Desde la Cumbre del año pasado, en Washington, quedó en claro que no hay una visión común hacia el futuro, más bien hubo un listado de temas en los que se podía trabajar, sí con la idea de hacer una región del norte como la región más competitiva del mundo, pero nada más.
Se renegoció el Tratado de Libre Comercio para que fuera el Tratado de Libre Comercio México, Estados Unidos y Canadá, que ya simplemente en el nombre indica que ya no existe una visión como región, pues de pasar de ser el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) es hoy el Tratado México, Estados Unidos, Canadá (T-MEC), donde los intereses de los tres países coinciden, pero no necesariamente tienen esa visión de antes como región.
¿Considera que las diferencias en el tema energético, el cual mantiene a las tres naciones en consultas, pueda manchar el encuentro?
Estados Unidos sabe que no va a poder recibir toda la inversión desde el exterior y que necesitará de México, pero para poder atraer esa inversión extranjera a los niveles que podríamos estar recibiendo tendremos que hacer mejor nuestra tarea. Es decir, dar certidumbre jurídica, garantías de acceso a energía constante a mejores precios y procedentes de energías renovables, porque simplemente, por ejemplo, las empresas privadas norteamericanas deben cumplir ahora una serie de peticiones de sus accionistas en relación a temas medioambientales y que son depender cada vez menos de energía producida con petróleo y gas y cada vez más renovables.
En eso debería estarse trabajando en el futuro y se necesitaría una visión común de seguridad energética en el futuro como región, pero hoy todavía no están las circunstancias para esa visión regional de seguridad energética.
El Plan Sonora, el cual se prevé arranque con esta Cumbre, ¿no es un avance?
Claro, el Plan Sonora manda una señal positiva de que México le está dando importancia a la energía solar, pero veamos qué proyectos concretos se pueden presentar.
¿En qué áreas puede beneficiar este proyecto?
Un tema interesante que se ha trabajado poco, pero que está presente desde hace mucho tiempo, es la interconexión eléctrica entre México y Estados Unidos, es decir, hay cierta electricidad que se produce en México y que se vende a Estados Unidos y viceversa. El Plan Sonora con esta gran planta solar, y si se dan diferentes plantas porque es un terreno muy grande, puede ser un motor muy importante en cuestión de generación de electricidad. Hay que recordar que Arizona está recibiendo grandes inversiones en plantas de chips, de semiconductores que necesitan de mucha energía y una integración económica Sonora-Arizona, que ya existe, beneficiaría muchísimo a los dos países.
¿El área energética, en la que hay grandes diferencias y preocupaciones, podría ser el motor para lograr avanzar en la integración de América del Norte?
Sí va a haber mayor integración, pero de ahí a pretender que sea una mayor integración de América del Norte, pues no, lo que falta ahí es alinear legislación y políticas, pero el hecho de que se desarrolle la energía solar en Sonora es positivo.
El tema migratorio nunca falta en estas reuniones, ¿qué se puede esperar sobre este asunto por parte de los vecinos del norte, embajadora?
Vamos a seguir con más políticas de contención, pero yo creo que el presidente López Obrador estará en su derecho de pedir que se haga una reforma migratoria en Estados Unidos, donde existe un sistema migratorio totalmente roto. Estados Unidos debe reconocer que su economía necesita de la mano de obra migrante y, particularmente la mexicana, pero no existen los cauces legales suficientes para lograr ahora esa mano de obra migrante y de ahí la importancia de que México construya una buena relación con el Congreso estadounidense y no pelearse con él.
¿Qué temas deberían ser prioritarios?
El tema prioritario para los tres líderes debería ser el de fortalecer el concepto de América del Norte.
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Segundo ver los avances que han logrado en los temas concretos en la relación trilateral en el último año como cambio climático, diversidad, los de economía competitiva, analizar a fondo cuáles son las implicaciones para México de las leyes que aprobaron los otros países, como la de la reducción de la inflación en Estados Unidos, de chips, etc, y todo esto enfocado a la recolocación de cadenas de valor para atraer mayor inversión extranjera a México que está llegando, pero que podría llegar mucho más.
