/ domingo 18 de marzo de 2018

Principales víctimas de la violencia en el país son jóvenes, van 31 mil 357 homicidios

Gran parte de los homicidios en el territorio nacional son jóvenes entre los 12 y 29 años

En los últimos diez años, los más de 234 mil homicidios y 33 mil desapariciones, aún al ser alarmantes, no reflejan el saldo verdadero de la violencia en el país.

Hoy en día, sus principales víctimas son los jóvenes. Gran parte de los homicidios en el territorio nacional son jóvenes entre los 12 y 29 años.Tan solo entre el 2013 y 2016, el 35.7% de los homicidios en el país: 31 mil 357 fueron jóvenes.

México ocupa uno de los primeros lugares en Latinoamérica, que es la región más violenta del mundo, en el asesinato de jóvenes, situación que se recrudeció en los últimos ocho años.

En la Zona Metropolitana, a solo 41 kilómetros del corazón de la Ciudad de México, en Ecatepec de Morelos, uno de los municipios más violentos del Estado de México reportó 516 homicidios en el 2015, de los cuales 220, cerca de la mitad, fueron de jóvenes.

“Es una situación de gravedad”, afirmóCarlos Cruz, presidente fundador de Cauce Ciudadano, A.C., organización que trabaja en la prevención y rescate de los jóvenes desde hace años en Ecatepec, considerado uno de los cinco municipios más pobres del país.

En un estudio que realizaron en conjunto con el Laboratorio de Pobreza, Violencia y Gobernanza de la Universidad de Stanford en escuelas secundarias de Ecatepec, analizaron los factores que influyen en actitudes y comportamientos violentos; en ser reclutados o ser víctimas del narcotráfico, tener conflictos con la ley o ser víctimas de violencia policial.

El resultado: un documento crudo que refiere que por varios factores y por situaciones de pobreza, muchos niños desde los ocho años caen en manos del crimen organizado que los utiliza.

Se busca con esto recuperar y exponer las realidades de los jóvenes de Ecatepec, denunciar el abandono del Estado en zonas con altos índices de violencia y transformar la mirada de criminalización de los jóvenes en México, dijo Miguel Agustín López Moreno, coordinador estatal en el Estado de México.

“Este estudio se hizo en 2016, en un período de seis meses, en 10 escuelas secundarias públicas con mil 387 adolescentes que participaron en el Taller Equidad: el Respeto es la Ruta”, comentó Erika Llanos, directora general de Cauce Ciudadano. A.C.

Acerca de los factores de riesgo asociados a delito y delincuencia juvenil, señalaron que tienen que ver con una disfunción en el ámbito familiar, abuso sexual, baja supervisión, familiares que delinquen y falta de cohesión en el seno familiar.

Y en el entorno social la pobreza, drogas y armas de fuego, viviendas precarias, infraestructura vecinal deficiente, corrupción y empleo mal remunerado.

En el aspecto académico son bajos niveles de desempeño, ausentismo, abandono académico, bajo nivel de motivación y problemas de comportamiento.

En cuanto a sus amistades y noviazgo, prevalecen amigos que delinquen, noviazgos con violencia, relaciones sexuales sin protección y bajo presión y miembros de asociaciones delictivas.

Entre otros resultados, en el ámbito personal el 22% de los encuestados discute con su padre; el 20% lo hace con su madre y 15% perdió un familiar por crimen violento.

En el entorno comunitario, el 58% tiene compañeros que agreden a otros; el 41% tiene al menos un amigo o amiga que le gusta pelear; el 27% se pelean con otros grupos de jóvenes cuando está con sus amigos y el 20% perdió un amigo por crimen violento.

En el ámbito contextual, el 71% de los jóvenes sabe de asaltos y robos en su colonia; 69% ha escuchado disparos en su entorno y el 26% ha sido víctima de un asalto y al 12% le han ofrecido trabajar en la delincuencia organizada.

Sobre esto, Miguel López comentó que niños desde los ocho años ya trabajan con la delincuencia organizada y cumplen los 18 años ya como sicarios.

En el Taller se les preguntó sí el narcotráfico ha intentado reclutarlos en las escuelas secundarias y 89% expresaron que nunca les había ofrecido trabajar en la delincuencia organizada; pero el 12% contestó afirmativamente; el 8% dijo que alguna vez y 4% reportó que en varias ocasiones.

Y a la pregunta ¿alguna banda involucrada con el narcotráfico te ha ofrecido protección a cambio de favores? El 9% respondió afirmativamente; el 6% dijo ”alguna vez” y 3% dijo que varias veces.

Acerca de sí les han pedido dinero (derecho de piso), el 5% respondió afirmativamente; el 4% que alguna vez y el 1% que varias ocasiones.

Los estudiosos afirmaron que la ausencia del Estado en la vida de los adolescentes provoca un contexto de violencia complejo. Para desmantelarlo, el Estado debe garantizar el principio de protección, participación y desarrollo junto a una serie de acciones fundamentales, como:

Una política nacional de prevención, con enfoque de salud pública, para atender este escenario de violencia; el desmantelamiento patrimonial y financiero de la delincuencia organizada y un sistema nacional de desmovilización que permita generar rutas de salida para las juventudes involucradas.

Las conclusiones señalan que la existencia de factores de riesgo no condena a las juventudes a ser víctimas de la violencia. Lo que tiene un impacto real en sus vidas son las conductas y acciones que adoptan frente a ella.

Para la organización Cauce Ciudadano, cuya misión es de la formar a los jóvenes como actores sociales para que desarrollen factores protectores entre pares a través de procesos de formación, capacitación y generación de oportunidades económicas, la violencia debe atenderse como un problema de salud pública.

En los últimos diez años, los más de 234 mil homicidios y 33 mil desapariciones, aún al ser alarmantes, no reflejan el saldo verdadero de la violencia en el país.

Hoy en día, sus principales víctimas son los jóvenes. Gran parte de los homicidios en el territorio nacional son jóvenes entre los 12 y 29 años.Tan solo entre el 2013 y 2016, el 35.7% de los homicidios en el país: 31 mil 357 fueron jóvenes.

México ocupa uno de los primeros lugares en Latinoamérica, que es la región más violenta del mundo, en el asesinato de jóvenes, situación que se recrudeció en los últimos ocho años.

En la Zona Metropolitana, a solo 41 kilómetros del corazón de la Ciudad de México, en Ecatepec de Morelos, uno de los municipios más violentos del Estado de México reportó 516 homicidios en el 2015, de los cuales 220, cerca de la mitad, fueron de jóvenes.

“Es una situación de gravedad”, afirmóCarlos Cruz, presidente fundador de Cauce Ciudadano, A.C., organización que trabaja en la prevención y rescate de los jóvenes desde hace años en Ecatepec, considerado uno de los cinco municipios más pobres del país.

En un estudio que realizaron en conjunto con el Laboratorio de Pobreza, Violencia y Gobernanza de la Universidad de Stanford en escuelas secundarias de Ecatepec, analizaron los factores que influyen en actitudes y comportamientos violentos; en ser reclutados o ser víctimas del narcotráfico, tener conflictos con la ley o ser víctimas de violencia policial.

El resultado: un documento crudo que refiere que por varios factores y por situaciones de pobreza, muchos niños desde los ocho años caen en manos del crimen organizado que los utiliza.

Se busca con esto recuperar y exponer las realidades de los jóvenes de Ecatepec, denunciar el abandono del Estado en zonas con altos índices de violencia y transformar la mirada de criminalización de los jóvenes en México, dijo Miguel Agustín López Moreno, coordinador estatal en el Estado de México.

“Este estudio se hizo en 2016, en un período de seis meses, en 10 escuelas secundarias públicas con mil 387 adolescentes que participaron en el Taller Equidad: el Respeto es la Ruta”, comentó Erika Llanos, directora general de Cauce Ciudadano. A.C.

Acerca de los factores de riesgo asociados a delito y delincuencia juvenil, señalaron que tienen que ver con una disfunción en el ámbito familiar, abuso sexual, baja supervisión, familiares que delinquen y falta de cohesión en el seno familiar.

Y en el entorno social la pobreza, drogas y armas de fuego, viviendas precarias, infraestructura vecinal deficiente, corrupción y empleo mal remunerado.

En el aspecto académico son bajos niveles de desempeño, ausentismo, abandono académico, bajo nivel de motivación y problemas de comportamiento.

En cuanto a sus amistades y noviazgo, prevalecen amigos que delinquen, noviazgos con violencia, relaciones sexuales sin protección y bajo presión y miembros de asociaciones delictivas.

Entre otros resultados, en el ámbito personal el 22% de los encuestados discute con su padre; el 20% lo hace con su madre y 15% perdió un familiar por crimen violento.

En el entorno comunitario, el 58% tiene compañeros que agreden a otros; el 41% tiene al menos un amigo o amiga que le gusta pelear; el 27% se pelean con otros grupos de jóvenes cuando está con sus amigos y el 20% perdió un amigo por crimen violento.

En el ámbito contextual, el 71% de los jóvenes sabe de asaltos y robos en su colonia; 69% ha escuchado disparos en su entorno y el 26% ha sido víctima de un asalto y al 12% le han ofrecido trabajar en la delincuencia organizada.

Sobre esto, Miguel López comentó que niños desde los ocho años ya trabajan con la delincuencia organizada y cumplen los 18 años ya como sicarios.

En el Taller se les preguntó sí el narcotráfico ha intentado reclutarlos en las escuelas secundarias y 89% expresaron que nunca les había ofrecido trabajar en la delincuencia organizada; pero el 12% contestó afirmativamente; el 8% dijo que alguna vez y 4% reportó que en varias ocasiones.

Y a la pregunta ¿alguna banda involucrada con el narcotráfico te ha ofrecido protección a cambio de favores? El 9% respondió afirmativamente; el 6% dijo ”alguna vez” y 3% dijo que varias veces.

Acerca de sí les han pedido dinero (derecho de piso), el 5% respondió afirmativamente; el 4% que alguna vez y el 1% que varias ocasiones.

Los estudiosos afirmaron que la ausencia del Estado en la vida de los adolescentes provoca un contexto de violencia complejo. Para desmantelarlo, el Estado debe garantizar el principio de protección, participación y desarrollo junto a una serie de acciones fundamentales, como:

Una política nacional de prevención, con enfoque de salud pública, para atender este escenario de violencia; el desmantelamiento patrimonial y financiero de la delincuencia organizada y un sistema nacional de desmovilización que permita generar rutas de salida para las juventudes involucradas.

Las conclusiones señalan que la existencia de factores de riesgo no condena a las juventudes a ser víctimas de la violencia. Lo que tiene un impacto real en sus vidas son las conductas y acciones que adoptan frente a ella.

Para la organización Cauce Ciudadano, cuya misión es de la formar a los jóvenes como actores sociales para que desarrollen factores protectores entre pares a través de procesos de formación, capacitación y generación de oportunidades económicas, la violencia debe atenderse como un problema de salud pública.

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