PARÍS, Francia. Francia y Alemania están tratando “a cualquier precio” de persuadir a Irán de que permanezca en el tratado nuclear firmado en 2015 aun si Estados Unidos decide retirarse del acuerdo.
“Para nosotros, (Teherán) respeta el acuerdo. Por lo tanto (Alemania y Francia) tenemos la intención de mantenerlo, cualquiera sea la decisión” de Estados Unidos, declaró ayer en Berlín el canciller francés Jean-Yves Le Drian en el marco de un vasto operativo diplomático europeo (ver aparte).
El régimen de los ayatolas no sería insensible a esa idea que aislaría a Trump, pues se estima que –en ese caso– Rusia y China también podrían aceptar permanecer en el marco del tratado.
El presidente iraní Hassan Rohani dio un claro indicio en ese sentido al afirmar ayer que su país podría continuar en el acuerdo, aun si Estados Unidos se retira, a condición de que los otros signatarios garanticen las expectativas de Teherán. "O bien las partes no estadounidenses garantizan las condiciones que deseamos en el marco del acuerdo y, si ese no es el caso, seguiremos nuestro propio camino", declaró Rohani, citado en el sitio internet de la presidencia.
Esa posición fue interpretada como una invitación a los occidentales a continuar en el acuerdo para justificar la permanencia de Irán. También constituye una inflexión con respecto a la doctrina enunciada por el ala ultra conservadora del régimen. El jueves pasado, un consejero del Guía Supremo de la Revolución, ayatola Ali Khamenei, había amenazado con abandonar el acuerdo si Trump ponía en práctica sus amenazas.
El presidente norteamericano, que no cesa de criticar ese tratado firmado durante la presidencia de Barack Obama, parece decidido a retirarse. En esa posición es alentado por los dos principales “halcones” del gobierno -el nuevo secretario de Estado, Mike Pompeo, y el secretario de Seguridad Nacional, John Bolton- y también cuenta con el respaldo incondicional del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, que multiplicó sus denuncias sobre la creciente influencia de Irán en Oriente Medio.
Como parte de sus presiones, la semana pasada aseguró que el régimen de Teherán seguía desarrollando su programa nuclear, una maniobra aparentemente destinada a proveer argumentos a Trump para que pueda justificar su decisión. Esas denuncias, sin embargo, desencadenaron una ola de desmentidos y lo obligaron a corregir sus afirmaciones.
Los aliados europeos de Estados Unidos (Reino Unido, Francia y Alemania) desplegaron enormes esfuerzos diplomáticos en las últimas horas en un intento desesperado para convencer al presidente norteamericano Donald Trump de que no se retire del acuerdo nuclear con Irán firmado en Viena en 2015.
El jefe de la Casa Blanca anunció ayer que comunicará su decisión hoy por la tarde (tiempo de Washington).
Como parte de esas presiones, el presidente francés Emmanuel Macron advirtió en declaraciones al semanario Der Spiegel que el retiro norteamericano podría desembocar en un conflicto. “Abriríamos una caja de Pandora [pues] podría haber una guerra”.
El lunes, poco antes de entrevistarse en Washington con responsables del gobierno norteamericano, el jefe de la diplomacia británica, Boris Johnson, publicó a su vez una columna de opinión en el New York Times. En este momento delicado, argumenta, “sería un grave error alejarse del acuerdo nuclear”, pues anularía “las obligaciones que le impone” al régimen de Teherán.
Por su lado, los responsables diplomáticos de Francia y Alemania, Jean-Yves Le Drian y Heiko Maas, se pronunciaron el lunes desde Berlín a favor del acuerdo. “Salvar este acuerdo nos preserva de la proliferación atómica y es el medio más eficaz para evitar que Irán acceda al arma nuclear”, afirmó Le Drian al término del encuentro. Maas, por su lado, confesó su temor de que una ruptura del tratado pueda “conducir a una escalada en Oriente Medio”.
Ambos ministros afirmaron que sus dos países continuarán aplicando el tratado incluso en caso de retiro estadounidense.