MADRID. El estrés hídrico y las sequías severas están afectando incluso a países europeos tradicionalmente frescos, que han impuesto restricciones de consumo de agua para asegurar el abastecimiento.
La sequía más grave de Europa en décadas afecta a hogares, fábricas, agricultores y mercancías, y expertos advierten que los inviernos más secos y los veranos abrasadores alimentados por el calentamiento global significarán que la escasez de agua será “la nueva normalidad”.
Te puede interesar: Peligran ingresos de empresas por crisis del agua
En Europa, países como España, Alemania, Reino Unido, Italia, Portugal o Polonia están padeciendo temperaturas mucho más altas de lo normal, con efectos en sus reservas de agua y el suministro hídrico y también en la actividad económica y social, entre otras.
El Observatorio Europeo de la Sequía de la UE calculó que 45 por ciento del territorio del bloque estaba bajo advertencia de sequía en julio, y 15 por ciento ya estaba en alerta roja, lo que llevó a la Comisión Europea a advertir de una condición crítica en varias regiones.
En Europa meridional, tras tres olas de calor desde que empezó el verano, España ha visto ya mermado el volumen de agua a mínimos históricos de de 40 por ciento de su capacitad total y son varias las comunidades autónomas con restricciones al consumo del agua.
En Francia, el gobierno activó una unidad de crisis para hacer frente a una sequía que fue descrita como la peor del país desde que iniciaron los registros en 1958.
Más de cien municipios franceses no tienen agua potable y están siendo abastecidos por camiones.
“Los estudios de cambio climático advierten que las sequías van a ser más intensas, frecuentes y prolongadas”, dijo la organización New Water Culture al diario británico The Guardian. “Esta va a ser la nueva normalidad”.